Simulador de TV

3 a.m. llegas después de un largo viaje de Puerto Rico y te encuentras a la familia reunida alrededor del televisor. La teletienda a todo trapo. Todos roncan, el ruido es ensordecedor.
Con cuidado de no tropezar con ninguna pierna, te acercas al televisor. Sabes que la operación es peligrosa, pero si no cambias el statu quo, estará encendida las próximas tres horas. Poco a poco bajas el volumen, aprovechando los silencios entre anuncio y anuncio. Ya solo se oyen respiraciones, el ruido ambiental no era lo que les ha llevado a ese estado de letargo.
Es el momento de desconectar el televisor. Pulsas el botón y la iluminación de la habitación desaparece, los ronquidos se interrumpen, tu madre se desvela:
- Estaba viendo eso...

Nunca más. Ahora gracias al Simulador de TV

toda la familia dormirá plácidamente en el salón como cachorrillos acurrucados al fuego sin tener que aguantar los gritos de Salvame.
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Este es el camino.